Aunque envueltos en una bruma, estos son los mismos personajes anónimos, sin rostro, que se instalaron hace tiempo -y sin pedir permiso- en mis pinturas.

Igual que el común de los mortales, navegan en un mundo plagado de dudas e incertezas…

Como en la vida, algunos se lanzan a lo desconocido intentando hacer realidad sus anhelos, mientras otros tan sólo malviven sin saber de sueños ni utopías.

Han llegado y esperan…